Generalmente, desde la administración de
nuestra empresa nos ocupamos de que las actividades diarias
aseguren que los resultados planeados serán alcanzados. ¿Qué pasa
cuando un evento fortuito nos obliga a interrumpir las
actividades?, ¿estamos preparados para dar respuesta ante
condiciones hostiles o anormales? En la mayoría de los casos, la
respuesta es no. Asumimos los distintos eventos de catástrofe como
inesperados y sirven de sustento o pretexto para justificar las
pérdidas asociadas.
Ante cualquier eventualidad que se presente de
manera repentina y que pueda afectar a nuestro centro de trabajo,
como los recientes sismos y huracanes en nuestro país, las
acciones que debemos ponderar como más importantes, son aquellas
encaminadas a preservar la seguridad de las personas, incluyendo a
nuestros colaboradores, clientes o público en general que se
encuentre dentro de nuestras instalaciones.
Para ello, lo más básico es contar con un
programa interno de protección civil, que incluya la formación y
capacitación de brigadistas que puedan orientar y coordinar las
acciones de desalojo y resguardo de las instalaciones durante un
siniestro, así como el trabajo conjunto con las autoridades.
¿Y qué pasa con nuestra operación? Si nos vemos
impedidos de seguir trabajando con nuestra infraestructura, ¿qué
haremos para minimizar las pérdidas? ¿cómo mantendremos el
servicio a nuestros clientes?, ¿cuándo podremos reanudar el
servicio?, ¿cuáles son las condiciones mínimas en las que podemos
reanudar nuestros servicios?, ¿cuánto tiempo podemos estar fuera
del mercado sin afectaciones económicas significativas?
Las grandes compañías, se anticipan a estas
interrogantes y mitigan los impactos que pueda provocar un
siniestro, desarrollando planes de continuidad de operación para
casos de desastre (BCP, por sus siglas en inglés). Estos planes de
continuidad generalmente suelen verse como un costo significativo
por las empresas, es por ello que las de menor tamaño, incluyendo
a la mayoría de las pymes, asumen los riesgos de interrumpir sus
operaciones, inclusive conociendo experiencias de aquellas que han
llegado a desaparecer o caer en la bancarrota.
Considerando la situación actual a nivel
mundial, con actos de terrorismo, pandemias, desastres naturales o
accidentes, es importante pensar en la sobrevivencia o ver mermado
el crecimiento de nuestro negocio por no invertir en una
estrategia que nos permita mitigar los riesgos.
Imaginemos a una empresa que debido a un
incidente pierde sus instalaciones de manera parcial o total y que
por no estar preparada con un plan “B” deja de producir bienes y/o
servicios. Lo más probable es que deje de vender o comercializar y
se interrumpa el flujo de ingresos por ventas y hasta la capacidad
de cobrar sus cuentas pendientes. Sin embargo, los costos fijos
siguen generando un gasto, que, aunado a la posible pérdida de sus
activos, la pone en una situación verdaderamente crítica. El
futuro de ella dependerá en gran medida del tiempo y las
condiciones en las que pueda reanudar sus operaciones más críticas
que le permitan minimizar las pérdidas y generar nuevamente
ingresos.
Ante el panorama anterior, Soluciones FC
recomienda iniciar con un plan “B”, que es un Plan de Continuidad
de Operaciones (BCP) para casos de desastre.
A continuación compartimos algunos consejos
necesarios para tomar en cuenta a la hora de darle forma a tu
estrategia y planes:
Realiza un análisis de los impactos que
puede sufrir tu negocio en caso de que se vea impedido para
operar bajo condiciones normales.
Identifica qué tipo de bienes o servicios se verían afectados y clasifícalos en orden de importancia.
Identifica los procesos o actividades que
soportan o dan vida a tus productos o servicios, incluyendo
las actividades de soporte de las cuales dependen esos
procesos principales.
De acuerdo con la criticidad de tus
productos o servicios, identifica cuál es el tiempo máximo que
deben estar sin operar antes de que te cause un impacto
significativo en el negocio. Puedes partir de los costos
financieros, ya que las cifras te ayudarán a decidir el tipo
de estrategia y la inversión que necesitas implementar para
recuperar la operación; sin embargo, es necesario considerar
otro tipo de impactos como el daño a tu imagen que te puede
llevar a perder clientes o a dañar tu reputación en el
mercado.
Realiza un análisis de los riesgos que te
pueden llevar a una interrupción, como incendio, inundación,
pandemias, desastres naturales, etc., ya que te ayudará a
definir los escenarios más probables y a determinar la
estrategia a seguir.
Genera una estrategia que te permita continuar operando con condiciones mínimas en caso de una interrupción, basado en los riesgos y sus impactos identificados para tu negocio. Puedes dividir tu estrategia en planes más pequeños con responsables y responsabilidades claras, que permitan minimizar la toma de decisiones durante un siniestro.
Documenta tu
estrategia, mantenla actualizada y capacita a tu personal.
La estrategia deberá incluir como mínimo:
Un comité o grupo de personas que se
encargará de coordinar las acciones para manejar la crisis,
vigilar la aplicación de la estrategia y tomar decisiones
sobre situaciones no previstas.
Un plan de comunicación, para dar a conocer
a tus empleados el avance de la estrategia y mantener
informados a tus clientes y proveedores el tiempo y
condiciones en que seguirás operando.
Identificar y
capacitar al personal crítico, cuya participación resultaría
indispensable para que siga operando tu negocio. Es importante
generar un directorio que incluya sus datos de contacto para
recibir instrucciones.
Definir un lugar alterno para operar en
caso de que la recuperación de tus instalaciones tarde más
tiempo del requerido para regresar a la operación.
Desarrolla, documenta y da a conocer a los
involucrados los planes que detallen la forma en que se
realizarán las actividades o procesos identificados como
críticos en condiciones limitadas. Recuerda que es muy
probable que no todas las actividades normales se puedan
realizar y para ello se definieron las que son críticas.
Desarrolla, documenta y da a conocer a los
involucrados un plan que defina y proporcione los recursos
informáticos mínimos necesarios como redes, aplicaciones,
instalaciones eléctricas, accesos a internet y todo aquello
que se haya definido como necesario para operar los procesos
definidos como críticos en el sitio alterno.
Un plan que asegure que se contará con los
recursos materiales en el sitio alterno de operación para
poder operar los procesos, incluyendo equipos de cómputo,
papelería, formatos, archivos y todo aquello que se definió
como mínimo necesarias para operar en condiciones limitadas.
Un plan de regreso a las operaciones de
manera normal una vez que sea controlado el siniestro y se
puedan recuperar las instalaciones.
Es importante comentar que los costos por el
desarrollo y mantenimiento de la estrategia y los planes debe ser
proporcional a los activos y bienes que deseamos proteger
(incluyendo la capacidad de venta y compromisos de entrega al
cliente). Es decir, el costo de los controles no debe ser mayor al
beneficio obtenido. Para ello, puedes comenzar con lo más
indispensable, lo que te permitirá minimizar las pérdidas.
La estrategia de continuidad de operaciones
también es una materia especializada que cuenta con profesionales
certificados en distintos estándares internacionales, cuya
efectividad ha sido probada en diferentes partes del mundo. Acércate a estos nuestros
profesionales para recibir asesoría. Recuerda
que la existencia de tu negocio no debe ser cuestión de suerte.
* Escrito por Laura Román / Jesús Huerta, Consultores Asociados de Zeus Consultores
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